La infidelidad es la razón número 1 por la cual, las relaciones llegan a su fin. Una infidelidad, según los psicólogos, puede ser perdonable. Pero, en la práctica, esto no es nada viable.
El orgullo y la dignidad se superponen ante un acto de infidelidad y es cuando las teorías psicológicas sobre lo que es o no permitible en una relación, quedan en el olvido.
En estos momentos, no pondremos en discusión si es o no perdonable una infidelidad, ya que cada quien actúa de manera distinta y el orgullo varía dependiendo de cada persona.
De momento, veamos solo las conductas propias de un infiel según estudios psicológicos. Estos 3 aspectos pueden ayudarte a prevenir una infidelidad inminente, antes que suceda.
- Celos frecuentes: La celopatía es un síntoma frecuente de las personas que tienden a ser infieles o aquellos que ya cometieron una. ¿Por qué? Aunque suene contradictorio, los celos es una manera de manipulación que ayuda al infiel a encubrir sus propios errores.
- Emociones inestables: Un infiel siente una fuerte necesidad de mantener todo bajo control. Por ende, buscará la manera de dominarte e influir en todas tus decisiones.
No tener control pleno del panorama y las cosas que le rodean, le hace entrar en una fuerte inestabilidad emocional que de plano, le impulsa a volverse agresivo o paranoico.
- Dependencia emocional: De pronto, el infiel siente la fuerte necesidad de que su pareja nunca le abandone. El miedo a que le deje y se quede solo se vuelve más latente. Esto es debido a que si te alejas de algún modo, el infiel siente que de alguna manera le has descubierto.
Recuerda algo, la mayoría de los temores de los infieles se basan en una sola cosa “Ser descubiertos”. Cualquier indicio o acto que sea propio de ello, hará que el infiel adopte conductas erráticas que no son comunes en él. Si sospechas de una infidelidad, no temas en expresarlo.
Quizá, la mejor forma de prevenir una, sea poniendo en preaviso al potencial infiel de que estás atenta a cualquier cambio en su comportamiento.