Va mucho más allá de lo que imaginas.
Aunque estás bien sola, a veces te gustaría encontrar a alguien con quien compartir los momentos simples y lindos de la vida; una pareja, un amigo, un compañero de vida con quien disfrutar. Pero, cada vez que crees haber conocido al indicado, termina siendo un completo desastre: mujeriego, vago, agresivo, infiel, inmaduro… o todas esas juntas.
Cuando ya vas por el 5to patán, te empiezas a preguntar: ¿qué estoy haciendo mal? ¿seré yo? Pues, lamentablemente puede ser que sea tú. Puede, también, ser que simplemente has elegido mal – ¡y te felicito si has tenido la capacidad de terminarlo! – pero también hay una gran posibilidad que el problema sea que tú posees una: PERSONALIDAD ADICTIVA.
Las personalidades adictivas terminan en relaciones tortuosas por una simple razón: cambian una adicción por otra. Es imposible que logres formar lazos de amor verdadero, si lo que sientes con la otra persona (aunque no te des cuenta) es dependencia. Tal como te pasa con otros excesos – sientes que no puedes vivir sin ellos – te pasa con tu pareja.
Puede ser que al principio sientas que todo va bien, pues gracias a tu nueva relación haz logrado dejar de lado tu adicción al alcohol, redes sociales, trabajo, o lo que sea que te mantenía no-sanamente ocupado. Pero, si quien te acompaña te lastima, engaña, subestima y obviamente, no te ama, lo que está pasando ahí entre ustedes dos, no es amor, es dependencia y sólo haz cambiado una adicción por otra. Fatal.
¿Cómo saber si tienes una personalidad adictiva?
La verdad es que es bastante sencillo, sólo tienes que prestar atención a las señales:
1. Haces compromisos que sabes que no podrás cumplir
2. Tus proyectos terminan siendo casi imposibles de concretar
3. Eres enemigo de las reglas y no puedes respetar a las figuras de autoridad
4. Mientes para justificar tus actos (y hasta te crees tus propias mentiras)
5. Dejas de lado las cosas importantes como: tu familia, amigos o pareja por hacer cosas que te generan mayor placer (trabajo, fiesta, Internet, pereza, juegos, deportes, sexo, etc.)
6. Te crees superior o inferior al resto, dependiendo el caso
7. No soportas las rutinas, te aburren rápidamente
8. Crees que mereces más de lo que tienes, pero que te han faltado oportunidades para conseguirlo
9. Dices que eres ‘realista’ o ‘previsivo’ cuando, en realidad, eres pesimista
10. Logras ser sociable sólo cuando consumes drogas, interactuas por internet, bebes alcohol, etc
11. No toleras que te digan algo negativo, incluso si es con buena intención
12. Gastas dinero en cosas sin importancia, que tú mismo consideras excesivas
13. Tomas dinero prestado sin autorización y la mayoría de las veces no lo devuelves
14. Cuando bebes o consumes drogas te excedes hasta que tu comportamiento se transforma
15. Sigues ideologías, pero en realidad no sabes en qué consisten.
16. Provienes de un hogar disfuncional o alguno de tus padres lo tuvo
17. Cambias muy seguido de trabajo bajo el pretexto “no quiero estancarme”
18. Tus relaciones de pareja son conflictivas, destructivas y\o infieles
19. Siempre necesitas tener la razón y odias no poder controlar todo a tu alrededor
20. Has abandonado responsabilidades por un ataque de ira, tristeza, pereza o desconcentración
21. Tienes trastornos alimenticios (excesos, hábitos poco saludables, negación a comer…)
22. Necesitas estar conectado a internet todo el tiempo
23. Culpas a los demás por tus fracasos
Si te sientes demasiado identificado con estas descripciones y quisieras cambiarlo, busca ayuda profesional; siempre es bueno tener a alguien que nos de una mano para salir adelante.
Fuente: UPSOCL