A lo largo de la vida podemos experimentar muchas relaciones que si bien no son lo máximo, suponen una compañía especial que nos hace sentir alegres, una persona con la cual platicar y acercarse incluso con fines sexuales; sin embargo, encontrar la relación perfecta con la persona adecuada es muy complicado y mantenerla íntegra y renovada lo es aún más.
La irrenunciable condición humana nos hace susceptibles a cometer errores a cada paso, por más genuino que sea nuestro deseo por compartir con esa persona. Comúnmente se cree que no hay nada más destructivo para una relación de pareja que una infidelidad que golpea en la confianza, seguridad y el autoestima, pero en realidad existen muchas otras formas de arruinar una relación y convertirla en un infierno.
Estas son 12 cosas peores que una infidelidad que debes evitar en tu relación sentimental:
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Mentir u ocultar cosas
Una de las peores cosas que puedes hacer para complicar una relación es mentir. Establecer un diálogo poco sincero con tu pareja sólo acarreará problemas e inseguridades, incluso si se trata de una mentira “piadosa”. Es común hacerlo sin siquiera tener algo que ocultar. Hablar abiertamente sobre todas las cosas, especialmente aquellas que pueden ser importantes en tu vida, es un hábito que garantiza tener una relación libre de mentiras y engaños.
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No demostrar afecto
Uno de los problemas más frustrantes que se puede presentar en una relación. La incertidumbre generada por no demostrar cariño a tu pareja crea inseguridad e incertidumbre, que a la larga puede zanjar y fracturar lo suyo. No hace falta escribir el mejor poema u ofrecer regalos caros. Un detalle con amor puede hacer un tesoro de la cosa materialmente más insignificante. Sólo déjalo salir de la forma en que te nazca. Si sientes algo en verdad, simplemente exprésalo,
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Incapacidad al comunicarte
Un error que por sí solo arruina una relación, sin necesidad de que presente algún otro problema de fondo. La clave está en aprender a reconocer la forma en que tu pareja se expresa y al mismo tiempo, demostrar amor a través de un interés genuino por él/ella. No importa si las preguntas son las más simples (¿cómo te fue hoy?, ¿qué comiste?), el punto está en procurar estar al tanto de la persona con quien deseamos compartir la vida.
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Sentir superioridad
Tratar a tu pareja con un aire de superioridad, cualquiera que sea la causa, es una clara señal de que estás dirigiendo tu relación a la basura. En las parejas, como en todas las personas, la igualdad no existe, pues ninguno de nosotros somos iguales; la clave está en aceptar cuán distintos podemos ser en nuestra forma de pensar o vivir, pero por más grandes que estas diferencias sean, ninguna supone inferioridad con respecto a otra. Es necesario tener siempre presente que tu pareja y tú son eso mismo: una pareja que es únicamente por virtud de dos voluntades que desean estar juntas (Batman y Robin, Holmes y Watson, Bonny y Clyde).
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Tener actitudes egoístas
Puede que a tu pareja le encante algún deporte que a ti no te interesa o bien, que adore una banda que no te llama la atención en lo más mínimo. Uno de los pilares de toda relación humana, mucho más en una pareja, es la solidaridad. La capacidad de compartir aquellos gustos es una virtud que rompe con el individualismo reinante en la sociedad contemporánea y manda un mensaje claro a tu pareja: que deseas estar a su lado.
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Discutir sobre tonterías
Empezar una discusión por cualquier diferencia, por más insignificante que ésta sea, extrapola los problemas y les da un significado real que antes no tenían. Las discusiones en pareja son normales y las que son por pequeñeces, incluso pueden ser divertidas y terminar de una forma romántica. Aprende a diferenciar entre una discusión de fondo y algo por lo que no tiene ningún sentido pasar un mal rato.
Manipular a tu pareja
Tratar de conseguir que tu pareja actúe de algún modo sin su consentimiento o bajo alguna amenaza, es manipulación. Actuar de esta manera ante la persona que amas es una forma vil de mostrar que tu cariño no es tan sincero. La mejor forma de comunicarle a tu pareja que algo de su proceder no te gusta, es hablar resueltamente y explicar con todas sus letras la situación que no te agrada y tus razones.
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Mantener latente un resentimiento
Puede que se hayan hecho daño en el pasado, incluso terminado, pero por alguna razón están juntos de nuevo y han decidido intentarlo una vez más. Guardar sentimientos, rencores y sentimientos negativos una vez que hemos decidido seguir adelante con la relación es nocivo y sólo estancará nuestra relación en un conflicto permanente. Si el problema es insuperable, es mejor terminar por lo sano en vez de pretender haber perdonado cuando las heridas aún siguen abiertas.
Celos
Los celos son un veneno que lentamente va minando la capacidad de creer y la confianza entre los dos, necesaria en toda relación sana. Infundir celos a propósito en tu pareja o bien, sentir celos sin ningún motivo, son conductas que de volverse un patrón, terminarán por romper la complicidad entre ambos.
Aparentar ser alguien que no eres
Especialmente durante la primera etapa de una relación, fingir ser alguien que no eres sólo mostrará una gran inseguridad de tu parte, además de que decepcionará a tu pareja porque la persona que ella concibió en la mente para estar a su lado, en realidad era una imagen producida por ti.
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Caer en la rutina
La rutina es un enemigo mortal que debilita la relación y hace que ambas partes pierdan interés, por más enamorados que estén. Saber reinventarse a diario, tener algo nuevo qué hacer y mantener los detalles es una de las virtudes necesarias en el éxito de una relación de pareja.
Una relación se conserva sana a través de la construcción consciente de dos personas cuya voluntad se une en una misma dirección. Los problemas y las discusiones son inherentes a toda relación humana, aprender a superarlos con tu pareja y comprender la naturaleza de los mismos para evitar su recurrencia es también una forma de mostrar amor por una persona.
Vía: Cultura Colectiva