Siempre hablamos de todo lo que le debemos a nuestra madre, pero ¿Qué pasa con nuestro padre? No podemos olvidarnos de él. No podemos olvidarnos de la persona que nos hizo ser fuertes, que nos enseñó tener coraje y decirnos que somos capaces de todo lo que nos proponemos. Se convirtió en nuestro primer amor de toda mujer que nunca nos decepcionará, y el primer héroe de todos nosotras.
Lo que aprendemos, cuando somos cuidadas por un buen hombre:
1.- Aprendes que las emociones no son ni masculinas ni femeninas
Te enseña a recibir tus emociones tal como son. Las lágrimas son un sinónimo de vulnerabilidad, no debilidad.
2.- Aprendes que los hombres y mujeres son iguales
Tu padre también cocinaba y lavaba los platos. No existe una actividad que sea destinada para género y eso lo sabes desde que creciste pensando en que los sexos son iguales.
3.- Aprendes que eres lindo
Siempre están diciéndote lo especial y lindo/a que eres en todo momento.
Cuando están en pijamas un domingo sin bañarse y cuando están vestidos con sus mejores ropas para salir a una fiesta.
4.- Aprendes que eres mucho más de lo que dice la apariencia
Te hace entender que no sólo lo físico es importante sino también la actitud. Hay tantas características que te definen como ser humano que van mucho más allá y las tienes todas.
5.- Aprendes que puedes hacer todo lo que te propongas
Esta constantemente diciendo que puedes lograr todas tus metas y ser realidad tus sueños. Te alienta cada vez que hablan. No deja de repetirte que eres una persona que logrará lo que se propone.
6.- Aprendes a seguir adelante, sin importar lo que pase
Lo bueno de tener un buen padre es que está en nuestras caídas y está dándonos ánimos para levantarnos. Nos dice que no tenemos límites y podemos tener lo que queremos. Nunca se rio de nuestros sueños ni planes, por muy imposible que parecieran, muy por el contrario, siempre nos alentó a cumplirlo.
7.- Aprendes que debes ser tratado bien
Cuando vez como tu papá trata a las personas que lo rodean, desarrollas un sentido de justicia. Sabes que tu responsabilidad es respetar a otros, y que también debes ser tratado con ese mismo respeto.
8.- Aprendes que no hay apuro en sentar cabeza
Un buen padre nunca presiona a sus hijos para salir y encuentre pareja antes de que sea demasiado tarde. Ellos respetan su tiempo, deja que vayan a su propio ritmo.
Les enseña que hay muchos caminos y que cada uno debe buscar el que más le acomode.
9.- Aprendes que tienes un fanático permanente
Tu mayor admirador es tu padre, siempre para pendiente de las cosas que haces. Y se siente orgulloso con tus logros
10.- Aprendes que tienes mucha suerte
Cuando vas creciendo, te das cuenta que existe muchas personas malas, que te pueden traicionar, te pueden herir y te pueden hacer sentir mal.
En eso miras atrás y te das cuenta que tienes muchísima suerte, hay muchas personas que dañinas en el mundo, y tú fuiste criado por uno de los buenos.
¡Gracias por todo Papá!