El amor verdadero, es aquel donde todos cooperan para que las cosas funcionen.
La búsqueda de un bien colectivo es extremadamente necesaria para que haya armonía entre las personas de una familia, amigos y pareja.
En el caso de los hijos, pequeñas labores ayudan a que este desarrolle el sentido colaborativo desde muy pequeño. De tal modo, al crecer, no habrá una necesidad constante de recordarle al hijo sus propias labores, pues, en la crianza, se ha logrado inculcar que el colaborar es un pan de cada día y que debe ser propia de su conducta.
Pero, hablando más blandamente, es extremadamente tierno.
El pequeño niño no recibe toda esta educación de parte de sus padres, claro está. A diario, es llevado a una escuela que le enseña a ser independiente al nene. El hijo de Neil Wright, un padre que ayuda a su esposa en los quehaceres del hogar, recibe una enorme ayuda por parte de su hijo, y lo mejor, sin pedirla.
Esto demuestra que ese instituto brinda grandes resultados. Neil comenta que su hijo no solo le ayuda con los platos, sino con casi todo, incluso la cena.