El tiempo y la vida son los encargados de nuestro propio destino y somos nosotros quienes vamos encontrando nuestro camino de vida por medio de las señales que se manifiestan, vamos probando distintas cosas por nuestra cuenta, hacemos planes y algunos son exitosos como otros que no.
En algunas ocasiones nos dedicamos a la misión de plantarnos una “vida relativamente perfecta”, deseamos perfeccionar cualquier cosa, planeamos la mayoría de las cosas queriendo en sí que esto salga de la mejor manera y a veces culminan siendo diferentes por las circunstancias de la vida o sencillamente no se da.
Esto ocurre porque como lo menciones desde un comienzo “la vida y el tiempo son encargados de nuestro destino” y son completamente impredecibles, un día pueda que seas una gran atleta con el sueño de presentarte y competir en muchos torneos por todo el mundo y el otro quieres ser una abogada exitosa reconocida por toda la nación.
Esto es algo común, también nos enseña a que hay que dejar fluir todas las cosas para que se den, pues la vida nos entregara el mejor obsequio para nosotros por medio del tiempo necesario y los mejores mecanismos para ella, solo es cuestión de tener paciencia y mucha madurez.