Al momento de hablar de chicos, hay ciertas características particulares que nos enganchan hacia ellos de una manera automática. Si son gentiles, de buenos modales, respetuosos, colaboradores y llenos de principios y valores, nos derretimos hasta no quedar nada de nosotras y suspiramos: ¡es todo un caballero!
La mayoría de nosotras sueña desde niñas con un príncipe azul, con alguien que nos trate con respeto, que nos acerque la silla en el restaurante, que camine a nuestro lado tomándonos de la mano, que nos abrace para alejarnos del frío. Uno que siempre se recuerde de nuestro cumpleaños y de fechas especiales juntos, que sea comprensivo cuando estás en tus días y que te acompañe en los momentos difíciles con las palabras justas, o con el silencio que se necesite…
Alguien con quien podremos tener una relación estable porque es protector, responsable y educado con todos. Alguien a quien finalmente podemos decir: “¡acepto!” con la vida del hogar e hijos que ello conlleva.
Pero cuando aterrizamos en la realidad, nos damos cuenta que pocos son los hombres que reúnen esas características, y al parecer tenemos que pasar por un montón de falsos positivos antes de encontrar a alguien auténtico: al principio son encantadores, pero cuando caes en sus redes te das cuenta de que sólo están detrás de su propia satisfacción, y por eso usan a los demás a su conveniencia. Es bueno apuntar que para que no caigas en el desprecio de ellos, detente un momento a considerar en las situaciones que pudieran estar afectando su comportamiento y que ellos ignoran de manera inconsciente, tales como bullying, violencia en casa, etc.
¿Y entonces qué hacer para “atrapar” a uno de esos raros especímenes?
En primer lugar, debes empezar por ser tú. Explotar al máximo tus cualidades femeninas sin rayar en los excesos te ayudará a resaltar aún en medio de esas mujeres que salen super maquilladas, pensando que de eso va la feminidad. Te verás como alguien linda y libre, sin límites dañinos, con ganas inmensas de vivir.
Luego de que logres estar con él, esfuérzate en mejorar cada día como persona y como pareja: recuerda que él también necesita cuidados, comprensión y ser escuchado, así como apoyo cuando más lo necesite. De esta manera, estarás reforzando sus cualidades de caballero y no se va a terminar convirtiendo en un uno de esos tantos patanes que hay por allí.
Y a ti, hombre que lees esto: recuerda que ser caballero es una cuestión que si no se sabe se aprende, así que asegúrate de nutrirte cada día de las mejores cosas de la vida y entiende que nunca es tarde para mejorar. Y para finalizar, es crucial que esto lo hagas en primer lugar por ti, pues así como hay muchos patanes en el mundo también hay chicas de pocos modales que terminarán irrespetándote.