Los sueños, ilusiones y aspiraciones, son lo que le dan un propósito a nuestra vida. Esas ganas de llegar lejos, de alcanzar algo y conseguir el éxito emocional y material, es lo que realmente le da un propósito a tu vida.
El compartir, también forma parte de estas aspiraciones e ilusiones. Soñamos muchas veces con estar con la mujer u hombre de nuestros sueños, y solo cuando logramos estarlo nos podemos sentir realmente plenos.
La vida se compone de sueños porque es lo que nos hace movernos en búsqueda de algo realmente más grande que nosotros mismos.
De ese modo, si no te mueves porque crees que no tiene algún sentido, entonces es porque te has hundido y no podrás caer más bajo.
¿Hay manera de salir de ahí?
El primer paso para salir de ahí es darte cuenta que más allá de esta vida quizá no hay nada y que debes aprovecharla al máximo.
Piensa, por ejemplo, en esa necesidad enorme de algunas personas por descubrir o conquistar algo. Ellos se toman el hecho de la inmortalidad como un sin propósito, porque creen que vivir eternamente no impulsa al hombre a tener premura por alcanzar ciertas cosas.
Para alcanzar algo debemos tener el anhelo de poseerlo, tener el sueño de hacerlo nuestro.
Busca en tu vida algo que realmente quieres y pelea fieramente por alcanzarlo, porque, en la lucha, es que te darás cuenta cuál es el verdadero propósito de esta vida.
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