Perdonar es un don que poseemos todos los seres humanos de compadecernos y brindar otras oportunidades, a aquellas personas que han cometido un error que nos haya perjudicado de manera significativa en algún momento dado.
Pero hay que estar muy pendientes a quien le ofrecemos nuestro perdón y por qué lo estamos haciendo, ya que esto puede convertirse en un arma de doble filo porque muchas personas pueden aprovecharse de nuestra nobleza y condescendencia.
Cuando nos caracterizamos por ser personas que no nos cuesta nada de trabajo perdonar las fallas que tengan los demás con nosotros, podemos llegar a acostumbrarlos a que cada vez que se equivoquen, las cosas seguirán igual.
Así que llegará un momento donde ya no se preocuparán por lastimarnos, porque en su mente estará la idea de que igualmente les dejaremos pasar su falta y haremos como si nada de eso hubiera pasado.
Algo que puede llegar a ser muy perjudicial para nosotras y para nuestra autoestima. Puede ser que hagamos que nos importe poco el mal que nos hicieron, pero inconscientemente eso se guarda en nuestra memoria.
Al grabarse estos perjuicios que nos han provocado, en nuestra cabeza, nos puede llegar a afectar emocionalmente, tanto a largo como a corto plazo, provocando así problemas en nuestra autoestima y seguridad al confiar.
Sin embargo, perdonar, en muchas ocasiones, se convierte en algo muy necesario también para nuestro bienestar emocional, ya que con esto podemos evitar que el remordimiento de consciencia nos pueda comer vivas.
Pero eso sí, debemos tener en cuenta que cuando perdonamos a alguien que nos ha lastimado, debe ser por nosotras mismas y por nuestro bienestar, dejando a un lado las necesidades de esa persona, que no respetó nuestra confianza.
Con esto podemos demostrar nuestra madurez ante situaciones que nos puedan afectar, dejando muy en claro que somos personas que no juzgan ni critican los malos actos de los demás, pero que tampoco dejaremos que nos afecte.
Pero bien, realmente ¿Qué es más recomendable hacer, perdonar a quien nos lastima o no hacerlo? Es algo que a simple vista parece complicado de responder, pero asimilando bien la situación, se vuelve algo sencillo de comprender.
Siempre debemos buscar lo que sea mejor para nosotras mismas. Así que sí, debemos perdonar a las demás personas, pero no para darles otras oportunidades de que sigan lastimándonos, sino más bien, por nuestro propio bienestar.
Perdonar puede ser un acto que demuestre que somos personas nobles y consideradas, pero también nos quitará un peso muy grande de encima, logrando con esto, cerrar esos ciclos que nos puedan llegar a afectar emocionalmente.
En pocas palabras, lo más recomendable es ofrecerle nuestro perdón a aquellas personas que han tomado malos actos con nosotras, pero dejándoles muy en claro que todo cambiará a partir de ese momento.
Cerrando ciclos en nuestra vida, podemos llegar a desarrollar nuestra capacidad emocional de una manera más óptima, para que así, estos perjuicios que nos afectaron en un momento, ya no lo hagan más.