La ansiedad es un fenómeno psicológico y fisiológico que está en la base de muchos cambios mentales. Esta es la relación entre la ansiedad y las fobias, las obsesiones y las crisis de pánico.
El estrés es la reacción de un individuo al momento de enfrentarse a una situación desconocida, percibida como tensa o de peligro, objeto/persona o situación desagradable. Puede aparecer como:
- Respuesta: la persona tiene completo control sobre ella, ya que tiene origen interno.
- Estímulo: Su origen es externo y el individuo no tiene control sobre él.
- Interacción: Es la relación entre la persona y el contexto que ésta siente que supera sus recursos y que pone en peligro su bienestar.
“Diferencia entre estado y rasgo ansioso”
Cuando el estrés no es controlado adecuadamente escala un grado y se vuelve en ansiedad; entendiendo esta definición como un sentimiento de alarma con gran intensidad, larga duración, de naturaleza disruptiva e incapacitante y con origen, generalmente, en cosas triviales.
Lo importante es diferenciar entre estado y aspecto ansioso. El primero se basa en el hecho de estar ansioso en un determinado momento, como reacción a alguna circunstancia en general. El segundo es la tendencia a mantenerse ansioso durante un transcurso de tiempo largo y es la manera habitual de afrontar las circunstancias del día a día.
Cuando esta ansiedad se centra en objetos o momentos específicos es conocida como fobia; cuando se da en ataques episódicos, es llamada pánico; o puede ser más irregular, como en el caso de las obsesiones.
“Los síntomas ansiosos”
Estas se dividen de la siguiente manera:
- Somáticos:
- Palpitaciones.
Dificultad para respirar.
Sequedad en la boca.
Náuseas y mareo.
Micción frecuente.
Tensión muscular.
Sudoración.
Temblores.
- Psíquicos:
- Sentimientos de pavor y amenaza.
Irritabilidad.
Pánico.
Terror intrínseco.
Dificultad para concentrarse.
Insomnio.
Incapacidad para relajarse
“Síndromes asociados al componente ansioso”
- Trastorno de ansiedad generalizada: Es una preocupación centrada en asuntos del día a día. Los elementos de ideación característicos son asuntos de peligro de uno mismo y daño físico.
- Ansiedad social y fobias específicas: Se trata del miedo desproporcionado ante un momento específico, objeto o persona. No pueden ser explicados ni razonados, no están bajo el manejo voluntario de la persona y el temor lleva a una evitación de la situación temida. Pueden ser tanto a estímulos externos como a internos.
- Trastorno de angustia: Comparte los síntomas de ansiedad generalizada, hay una sensación extrema de terror y contiene ataques de pánico; esto se manifiesta continuamente y el promedio de duración es entre 10 y 20 min, tiempo en el que los síntomas están en un grado de intensidad muy elevado.
Puede clasificarse en dos tipos: tipo respiratorio (con dolor y malestar en el pecho, búsqueda de aire, parestesias y sensación de atragamiento) o no respiratorio.
“Obsesiones y compulsiones”
Por otra parte, las obsesiones y compulsiones son pensamientos, imágenes, impulsos, rumiaciones o temores y actos, rituales y comportamientos, respectivamente. Algo que hay que resaltar es que el sujeto preserva su insight, sabe que sus obsesiones son irracionales, pero aun así no puede evadirlas.
Los principales elementos que constituyen una experiencia obsesiva-compulsiva son:
- El detonante que hace que se ponga en marcha la obsesión.
- La obsesión en sí misma.
- Disconformidad y sentimiento de culpa.
- Urgencia compulsiva, necesidad de llevar a cabo cierta conducta.
- Temores de que ocurra un desastre.
- Sentido de responsabilidad exacerbado.
- Comportamientos con los que busca seguridad.
- Evitación de estímulos o situaciones que pudieran detonar las obsesiones o compulsiones.
- Interrupción del funcionamiento social.