Algunas veces podemos sentirnos como si estamos dejando de un lado nuestras propias obligaciones y lo que consideramos prioridades, por ir tras lo que deseamos, por andar en la dirección de nuestros sueños.
Seremos completamente afortunados si lo que están a nuestro al rededor, nos apoyan en ese proceso de búsqueda, de administrar bien nuestro tiempo, de tal vez renunciar a lo que mejor sabemos. Porque en muchas ocasiones quienes tenemos más cerca, son los que mejor dominan el arte de la desmotivación.
Esto se debe a diferentes cosas o nos quieren mucho y solo intentan protegernos de alguna forma o nos quieren poco o de pobre calidad y no desean vernos materializar lo que queremos.
En todo caso la crítica externa, si no la podemos usar como trampolín, debemos ignorarla por completo. Porque a fin de cuentas, nadie vive por medio de los otros, nadie crece a través de otras personas, nadie es alegre a través de alguien más. Ciertamente nuestros afectos pueden llenarnos de sentimientos positivos y negativos por medio de sus vivencias y logros, pero nunca eso puede suplantar el tener nuestras experiencias y nuestro camino escogido por nosotros mismo, pensado en aprender y gozar de su trayecto y dirigirnos hacia donde realmente deseamos estar.
Locura nunca será ir tras eso que nos llama, locura es quedarnos en un mismo lugar en donde no nos sentimos completamente plenos, donde sentimos, sin ser malagradecidos o inconformes, que en otra parte tenemos mucho más para entregar, para aprender, para vivir. Locura es permanecer bajo cualquier justificación preso de una realidad que no nos satisface, encadenándonos a ese lugar que dejó de ser nuestro desde hace mucho, asumiendo que en algún momento lo sentimos como tal.
Siempre nos estaremos quedando con la sensación de que pudimos haber hecho más de una cosa con nuestro tiempo, siempre pesará esos períodos que sentimos malgastados, pero si fuimos a perseguir lo que queríamos, aun cuando no podamos llegar, podemos decir que le sacamos el máximo provecho que pudimos a la experiencia.
No te quedes esperando que obtengas más dinero, que tus hijos crezcan, que encuentres un mayor ingreso, salir de las deudas, el momento para dar ese primero primer paso es ahora.
Elimina tus temores o al menos colócalo de lado para que no te cubran toda la visión, para que no sean lo primero que observes cuando te proyectas. Actúa y obsérvalos dejando atrás, ellos sirven para hacerte un bloqueo, pero una vez que te activas, les cuesta demasiado llamar otra vez tu atención. Así que arriésgate que lo demás viene solo.