Caer, para muchos, significa el fin.
Es justo esto lo que diferencia a los fuertes de los débiles, pues, todos caemos, indiferentemente de si lo hacemos una o mil veces, todos pasamos por ello.
Y lo que nos diferencia realmente el uno de los otros es la cantidad de veces que estamos dispuestos a volver a colocarnos los guantes y golpear y seguir adelante.
“No importa cuantas veces te golpee la vida, lo importante es qué tanto estás dispuesto a soportar”.
La felicidad se alcanza luego de unas cuantas caídas, incontables diría yo.
Y solo quien está dispuesto a abrazar el fracaso, reconocerlo y aprender de él, es quien logra salir adelante y seguir sin importar nada más.
No te rindas, pues eso supondría el fin de todo.
La vida es una constante lucha que debes estar dispuesto a enfrentar. Por eso, de nuevo, ponte los guantes y vuelve a la lona.
Batalla, aprende de los golpes de la vida y crece.
Pues, en una de tantas batallas asestarás el golpe de tu vida, el que te hará ser feliz, el definitivo, el que tumbará todos los obstáculos a la lona y te elevará hasta el más alto éxtasis.
¿Cuántos rounds estás dispuesto a soportar?
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