El tiempo es un concepto abstracto para definir el movimiento.
Pero cuando hablo contigo, haces que todo se detenga.
El reloj deja de andar y, el temor a ponerme viejo, ya no existe.
Porque siento de algún modo, que cuando hablo contigo, puedo vivir para siempre.
Me encanta hablar contigo, porque haces que me interesen hasta los temas más absurdos.
Cualquier cosa que salga de tu boca, parece poesía, música y reflexión.
Tú odias tu voz, dices que no tiene nada de bella.
Pero si te prestase mis oídos, y te escucharas hablar, tu amor propio crecería hasta volverse narciso.
Me encanta hablar contigo, porque cuando pronuncias una palabra, el mundo se acalla.
Tu voz retumba en cada esquina de la casa, incluso cuando no dices nada.
Y lo mejor de tus palabras, es que la mayoría no sale de tu boca, sino de tu alma.
Llevas la honestidad en cada frase, y haces que las promesas cobren el valor que un día solían tener.
Me encanta hablar contigo, porque no encontramos razones para alzar la voz.
Me encanta hablar contigo, porque dentro de ti, siempre hay un buen libro que escuchar.
Me encanta hablar contigo, porque cada vez que dices algo, tu voz sustituye a la de mi conciencia.
Me encanta hablar contigo, porque dices que te encanta hablar conmigo.