Una mente abierta puede asociarse muchas veces a la aceptación de temas tabú que aún no son aceptados por la sociedad.
Sin embargo, esta vez no hablaremos de esos temas que siempre suelen ser polémicos y que ponen en confrontación directa a muchas opiniones. Hablaremos mejor, de lo realmente beneficioso de abrir la mente a nuevas cosas.
Al abrir nuestra mente, estamos poniendo nuestro a disposición de nuevas experiencias, y es necesario decir que, de dichas experiencias, se forjan las grandes mentes.
Bill Gates, uno de los hombres más exitosos y ricos del mundo, dice que la capacidad de tener humildad, iba ligada a la capacidad de abrir la mente.
Cuando una persona abre su mente, es capaz, no solo de entender, sino también de aceptar que otras personas pueden ser mejores que uno y que podemos aprender de ellas sin necesidad de hacer de la vida una competencia.
La humildad nos da la capacidad de aceptar ciertas cosas que la arrogancia no, pues esta última, cierra la mente haciendo que nuestros conocimientos, los que ya tenemos, sean los que usemos como defensa y argumento ante cualquier situación.
Visto de un modo más simple, quien abre su mente para aceptar nuevas realidades, está aceptando nuevo conocimiento, y quien la cierra, creyendo que solo su conocimiento es el válido y verdadero, pecará de ignorante y no aceptará realidades que puedan estar frente a sus ojos.
Las mentes abiertas, son esas que innovan ideas y traen al mundo nuevos aprendizajes e inventos. Esas son las mentes revolucionarias, que se atreven a pensar más allá de la caja y que no temen a arriesgarse y ponerlas en prácticas.
Abre tu mente, no seas uno más del montón y enfréntate a nuevas ideas. ¿Quién sabe? Quizá termines aceptando que son mejores que las que ya tenías y te sean de extrema utilidad en tu vida.