Cuando la conocí me obsequio la mirada más serena que alguien pudiera entregarte, me dedico su tiempo y eso es algo que a ninguna persona se le dé vuelve, me ofreció sus hombros para llorar; me entrego sus consejos, su apoyo, sus secretos, su críticas, sus chistes y sus risas.
Me oía cada vez que ese mismo hombre me partía el corazón y, a pesar de que me quería, siempre tenía una palabra de aliento para curar mi corazón. Se preocupaba mucho como yo hubiera querido que él se preocupara. Quería que al menos él fuera la mitad de lo que era ella.
Memorizó cada cosa sobre mí, y aunque hice lo mismo con ella, no logre enamorarme. Siempre estuvo junto a mí y yo también estuve al suyo, pero no logre sentir lo mismo que ella sentía por mí.
Éramos una para la otra, sentía una gran comodidad la cual con ninguna persona había sentido y puede sonar algo duro pero yo no podía corresponderle de la misma mujer ya que, ese hombre perfecto que yo pensaba, era mujer.
Le doy las gracias por cada segundo del día estuvo conmigo, puedo decir que la amo con locura, pero no tanto como ella me amó. Te pido perdón, ella era todo lo que buscaba en un hombre, pero no logre enamorarme.