“Una de las cosas más difíciles de la vida es dejar ir a quienes más amamos”, menciona Luminita D. Saviuc. Pero en este mundo es algo que tenemos y debemos que aprender a realizar una y otra vez. Ya sea porque ya no nos necesiten o porque ya no hay los mismos sentimientos que de antes, es totalmente saludable saber despedirse de aquellas personas que amamos cuando el ciclo ha finalizado.
Dejar ir a una persona especial no tiene que ser algo difícil, de hecho, se convierte más y más sencillo a medida que aprendemos a aceptarnos por completo, en apreciarnos y amarnos mucho por quienes somos y por lo que no somos.
Dejar marchar las cosas nos ayudará por completo a regresar a un lugar lleno de serenidad y total armonía.

Llega un momento en nuestra vida en el cual tenemos que escoger lo que es correcto y honorarnos no sólo a nosotros mismos, sino aquellas personas que se encuentran a nuestro alrededor. Lo que estás dejando marchar es la relación, pero no el amor que posees por el otro sujeto.
Si amas algo o alguien y sientes la completa necesidad de dejarlos ir, si es algo necesario que lo hagas, pues hazlo. Puede que los primeros días duela mucho, pero una vez que el dolor desaparezca, te sentirás mucho más vivo que antes. Dejarlos ir significa que entiendes que serán mucho más felices en otro lugar.
De eso consiste el amor real

El amor real trasciende el plano material y no interesa para nada si sus cuerpos están distanciados ya que sus almas siempre estarán unidas.
Si no has hallado un modo de estar en serenidad contigo mismo, y si tampoco has conseguido la manera de ser feliz estando tu solo, entonces no serás feliz con la siguiente persona a la que puedas amar. No puedes esperar que los otros te entreguen lo que ni tú mismo te puedes dar.