Los ingredientes que se necesitan para eliminar esas marcas o cicatrices que han quedado en la piel después de sufrir acné, son fáciles de conseguir y muy económicos.
El ingrediente principal, es la cúrcuma, ya que la curcumina es un poderoso antioxidante para el cuidado de la piel. Las propiedades antisépticas y antibacterianas de la especia, nos brinda un excelente tratamiento facial antiacné.
- Cúrcuma y aceite de coco: estos ingredientes no solo ayudarán a eliminar impurezas y controlar el exceso de grasa, sino que también ayudarán a hidratar la piel de manera profunda. Debido a que esta mascarilla incluye aceite, no será necesario que después de enjuagar apliques crema.
Ingredientes:
3 cucharaditas de aceite de coco (15 g).
1 cucharada de cúrcuma en polvo (10 g).
Preparación: Combinar los dos ingredientes en un recipiente. En caso de que el aceite de coco esté sólido, mover con una cucharita o derretir a baño maría por unos minutos.
Modo de uso:
Lavar el rostro con jabón neutro.
Después de tener el rostro bien limpio y seco, aplicar la mascarilla y dejar actuar durante 15 minutos.
Enjuagar con agua fresca y jabón.
- Cúrcuma, agua de rosas y harina de garbanzos: La harina de garbanzos es excelente para absorber el exceso de grasa y limpiar poros. Por su parte, el agua de rosas es un buen tónico y astringente.
Ingredientes:
1 cucharada de cúrcuma en polvo (10 g).
2 cucharadas de harina de garbanzos (20 g).
3 cucharadas de agua de rosas (30 ml).
Preparación: Mezclar en un recipiente la cúrcuma y la harina de garbanzos. Agregar el agua de rosas, poco a poco, y proceder a mezclar hasta integrarlo todo.
Modo de uso:
Aplicar la mascarilla sobre las cicatrices de acné.
Dejar actuar durante 20 minutos.
Pasado ese tiempo, enjuagar con agua fría.
Repetir la aplicación 2 veces por semana.
Las mascarillas con cúrcuma son una excelente opción para reducir o eliminar cicatrices de acné, pero si se quieren ver verdaderamente los resultados, se deberá comenzar a tomarle la importancia debida a estas rutinas de belleza. Pues la constancia es la clave.