“Solo cuando eres feliz, logras alcanzar tu paz interior, esa que te ayuda a discernir lo que es bueno o no para ti”.
Cuando estamos en franco desarrollo y aplicamos lo mejor de nuestras potencialidades a nuestro progreso, no nos podemos dar el lujo de atrasarnos con personas, que no nos aportan nada positivo.
“Debemos rodearnos de personas que no nos resten, sino mas bien nos sumen buena vibra, que celebren nuestros triunfos y sirvan como guías en nuestro camino”.
Las personas que critican todo aquello que ven y no aportan nada positivo, son aquellas a las cuales debemos tener cuidado. No son de fiar y por duro que parezca, debemos alejar definitivamente de nuestras vidas.
Cuando somos felices, estamos expuestos a la envidia mal sana, de personas que les disgusta nuestro progreso y que tratarán de sabotearnos de cualquier manera.
Una de las formas más sencillas de sabotearnos es llevarnos a su terreno, cosa que no podemos, ni debemos permitir, no caigamos en su juego ni entremos a esas malas vibras.
Cuando una persona es toxica, busca de manera intencional de criticar al otro. No aportan nada productivo, son mediocres en su accionar y no son proactivos, simplemente se quedan estancados observando y criticando la vida de los demás mientras la de ellos no es sana y no progresan.
Este tipo de individuos suelen tener un resentimiento social y en muchas ocasiones son dependientes emocionales, con un bajo nivel de autoestima que lo reflejan en su comportamiento ante los demás, sin embargo no lo demuestran y fingen tener un alto ego, se sienten superiores.
Si eres feliz, es porque interiormente buscas siempre sentirte bien, pues sabes que eres dueño de tu propio camino. Busca siempre mejorar como ser humano, para ti mismo y para ser útil a la sociedad. No malgastes tu tiempo en personas toxicas, pues el camino a la excelencia implica alejarte de la mediocridad.
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