Existen personas que sufren de analfabetismo emocional. Son bastante hábiles dominando múltiples competencias, disponen de un sinfín de títulos, postgrados o maestrías, pero en el ámbito emocional, se quedan pequeños, de hecho, los niños de tres años pueden demostrar más amor que ellos. Ese aprendizaje no viene de nacimiento, es algo a lo que es necesario dedicarle un poco de tiempo.
La mayoría sabe cuáles son los principios para tener una buena salud física, por ejemplo, una alimentación equilibrada y lo más natural posible, ejercicio, dormir entre 7 y 9 horas y chequear nuestra salud con un especialista cada cierto tiempo para asegurarnos de que todo va bien.
No obstante, si hay algo que realmente descuidamos casi de manera alarmante es eso que contenemos entre nuestros oídos, así es, nuestro cerebro. Ahora, no nos referimos realmente a ese conjunto de células nerviosas o estructuras. Hoy vamos a centrarnos en los indicadores de nuestra salud emocional, es decir, en esa capacidad para sentir y en nuestras relaciones, en el estado de raciocinio para entender, controlar y modificar estados anímicos, propios y ajenos.
¿Qué es el analfabetismo emocional?
Sabemos que la palabra “analfabetismo” puede verse como una expresión negativa. Por otro lado, no podemos llamar de otra manera una realidad psicosocial más que evidente. Pongamos un ejemplo, en la actualidad, se habla demasiado de los líderes transformadores, es decir, personas capaces de dinamizar una organización gracias al buen manejo de la inteligencia emocional, de la motivación, un don para generar impacto en las personas y crear un entorno donde las personas pueden hacer uso de su creatividad.
A veces, se venden ideas que realmente brillan por su ausencia. Por ello, es muy frecuente encontrarse con líderes o directivos de personales que realmente son bastante ineficientes, no solo por no infundir absolutamente nada de inspiración a los demás, sino porque tienen cero capacidades para controlar las emociones y les da rienda suelta como cualquier niño malcriado molesto por no obtener algo que necesita.
Características del analfabetismo emocional
- Incapacidad de manejar las emociones
- Dificultad para entender las emociones de los demás
- Reaccionan de manera desmedida ante cualquier situación o problema que se les presenta, se sienten agobiados por cualquier obstáculo, sea pequeño o grande.
- No empatizan con nadie, incapaces de situarse en el puesto de los demás o comprender otras realidades.
- Sus habilidades sociales son extremadamente rígidas y, aunque a veces pueden llegar a desenvolverse, les falta demasiada sensibilidad o cercanía para crear lazos que no tengan que estar motivados por el interés personal.
- Los costes del analfabetismo emocional son grandes: Pensamiento polarizado, represión, racismo y sexismo, narcisismo y una gran necesidad por siempre tener la razón
Importancia de educar en Inteligencia Emocional
Normalmente, llegamos a nuestra etapa de adultez con mucha inseguridad, nos levantamos todos los días conscientes de que nos faltan herramientas para dominar las emociones, como algunas habilidades para encarar la adversidad. Así mismo, si no empezamos primeramente con nosotros mismos pensando en nuestro analfabetismo emocional, es bastante complicado que tengamos el talento para motivar a las personas a que se entrenen con empatía, ya que nosotros no podemos sentirla.
De las emociones no se huye, se encaran para poder saber qué es lo que nos quieren decir. Por ello, no debemos apartar la necesidad de estar al día en cuanto a las emociones, debemos atender a los mundos interiores donde saber reconocer y expresar los sentimientos fluya siempre a nuestro favor y jamás a nuestro contra.