Es triste pero cierto que las personas que más amamos las cuales te acompañan hoy pueden ya no estar mañana. Y lo más lamentable es que en mucho de los casos no nos damos cuenta de su gran valor hasta que es muy tarde.
Te sentirás solo y devastado:
El dolor estará ahí para recordarte lo injusta que es la vida, de hecho ese dolor siempre se guardara en tu corazón. No importa cuánto tratares de liberarte de esa tristeza, nada será lo suficientemente consolador como para pasar de los sentimientos dolorosos. Con el tiempo aprenderás a vivir junto a ellos.
No te sentirás cómodo si alguien se queja de sus padres:
Oír a otras personas quejarse de sus padres y entregar sus emociones y comportamientos por sentado te puede hacer perder la cabeza. Te enfrentas y les expresas que deberían estar muy felices ya que tienen a su familia cerca sin importar qué.
Te sentirás celoso de que otros tengan a sus padres con el que compartir:
Nunca comprenderás aquellas personas que no les gusta visitar a sus padres ya que tú darías cualquier cosa para sentir un abrazo de tu madre y escuchar su voz así sea un minuto. Tendrás muchos celos al observar que otras personas tienen aún esas bendiciones en su vida e incluso podrías hasta insultarlos en tus pensamientos por quejarse de pasar tiempo con ellos.
Aun tienes un deseo de llamarlos cuando tienes noticias importantes:
Cada vez que algo importante ocurre en tu vida te genera esas ganas de llamarlos y contarles lo que paso. Hasta podrías marcar sus números de teléfono solo para ver si una persona contesta. Y te da ese gran dolor ya que te das cuenta que nadie atenderá.