Algo propio del amor, el amor real, el verdadero; Es la sensación de tener todo en equilibrio, de no tener inclinada la balanza más de un lado que del otro y, sobre todo, tener la sensación de que estamos en una paz duradera y verdadera que no se quebranta con facilidad.
El amor es vida, claro está, y como tal, abunda en todas partes. Así qué, ¿Para qué nos estancamos en un solo pozo con el afán de exprimir hasta la última gota pues sentimos que lo obtenemos de él no es suficiente?
El amor abunda, y por ende, mendigarlo es tonto. Mendigar amor es como pedir arena en el desierto. El tema es que muchas personas malinterpretan el amor como algo escaso y propio de la sensación de las mariposas en el estómago.
No nos confundamos, eso es enamoramiento, pero amor… Amor se consigue siempre que se quiera dar realmente.
Amar es ofrece una taza de café sin que te la pidan. Amar es preguntar con un verdadero interés ¿Cómo estuvo el día del otro? Amar es estar al pendiente del bienestar del otro. Amor es una acción propia de ser humano y como tal, está en cada uno de nosotros, como parte de nuestro código genético, preparado y listo para repartirse.
El amor, entonces, abunda en cada esquina, solo debemos diferenciarla de los intereses comunes y banales deseos, o el típico enamoramiento.
Debemos entender que esto se da a través de la atención y el tiempo, ambos, bienes inmateriales no renovables.
Por ello, antes de mendigar amor a alguien que parece no saber cómo dártelo, búscalo en otra parte, empezando por ti misma.
Porque al final, el amor que aceptes, será el que crees merecer.
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