5 síntomas del amor verdadero: Las mariposas en el estómago no es uno de ellos.

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Empecemos aclarando esto. Amar y enamorarse  son dos cosas plenamente distintas pero que están relacionadas.

Enamorarse es ese proceso hormonal previo al amor en el que la persona siente mariposas  en el estómago y se siente capaz de hacer cualquier tontería en nombre de la otra persona.

La mayoría de las personas, acaban sus relaciones luego de un periodo de tres meses, tiempo en el que el proceso hormonal acaba y el enamoramiento cesa.

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Es aquí donde el amor entra en acción.

Amar, primero que nada, no es un sentimiento, sino una decisión. Podemos amar al decidir quedarnos al lado de esa persona incluso si no nos sentimos muy enamorados y, se pueden dar los casos en que el enamoramiento se revive y fenece cada cierto tiempo, cuestión que pasa en las mejores relaciones y las más duraderas.

Entonces ¿Cuáles son los síntomas del amor verdadero?

  1. No te molesta el sacrificio: No hablo de un sacrificio grande. Hablo de tonterías. Por ejemplo, si esa persona le molesta que fumes, intentarás no hacerlo más.
  2. Quieres ser mejor persona: Siguiendo con el ejemplo anterior, siempre intentamos ser la mejor versión de nosotros y cosas como superar un vicio o esforzarnos más en nuestro propio futuro para darle una seguridad a la otra persona de que somos un buen partido, son cosas notorias.
  3. El bien del otro es importante: Cuando estás enamorado puedes sentirte preocupado por la otra persona, pero cuando te desenamoras, esa preocupación suele desaparecer. Amar es preocuparse en cuanto a actuar para que la otra persona esté realmente bien, porque realmente sientes que si no lo está, tú tampoco.
  4. Reconocer límites: Al amar, también hay que reconocer esos límites que el enamoramiento suele difuminar. Somos más consciente de cómo debemos actuar en una relación, qué cosas podemos hacer por el otro y cuáles no.
  5. Escuchas: Finalmente, escuchar es algo que hacemos desde que nos enamoramos. Pero al amar, escuchamos con el cerebro y no con el corazón. La lógica se superpone sobre la emoción y nuestra atención es realmente sincera y racional cuando nuestra pareja nos habla.