A lo largo de nuestra vida nos separamos y enamoramos un centenar de veces, pero solo logramos conseguir al amor de nuestra vida 3 veces, o al menos eso dicen algunos expertos del tema. Los psicólogos plantean que luego del tercer intento, dejamos de buscar al amor de nuestra vida y empezamos a buscar a un compañero de vida, suena parecido, pero no es lo mismo.
El amor de tu vida suele asociarse con la idealización de una persona, alguien casi perfecto el cual te eleva al cielo cada vez que lo ves y te hace sentir enamorada por más tiempo de lo habitual. Te aferras al hecho de que lo amas para no dejarle jamás, sin embargo, el amor no es suficiente para mantener dos personas unidas.
Por ello, luego de que aprendes a que la vida es un poco dura y cruda, empiezas a buscar al compañero de tu vida: Alguien que ames también, de quien te sientas enamorada pero que aceptas de que dicha sensación solo es pasajera, pero que sobre todo pueda acompañarte a lo largo de tu existencia, en los momentos más difíciles y hermosos. Ese compañero de vida es quien te dirá las cosas que no quieres oír, pero que, por tu bien, tendrás que escuchar.
Por ello, lo tolerarás y entenderás que el amor por sí solo, no es suficiente. Por ello, te deshaces del amor de tu vida, para buscar otro amor, y otra vida.
A lo largo de nuestra vida nos enamoramos y nos separamos, a veces, para volver a encontrarnos. Las personas llegan a nuestra vida y se van, y nosotros pasamos por altibajos que no se nos podían ocurrir ni en un sueño.
Amor de cuento de hadas
El primer amor de tu vida está idealizado y se trata de la búsqueda de un príncipe azul o una princesa que debe ser rescatada. Este amor es fantasioso y muchos psicólogos lo relacionan con una locura temporal la cual trata sobre nuestro primer encuentro con el sentimiento de amar. Al ser en sí mismo un sentimiento puro y no una decisión propia, el amor suele acabar de manera un poco trágica y dramática, con mucho llanto y la difícil aceptación de dejarlo atrás.
Amor complicado
El segundo amor se vuelve el más complicado, y es con el que creemos que será la mejor oportunidad para amar para siempre. Sin embargo, aún no hemos desarrollado el conocimiento ni madurez suficiente como para aceptar que, para amar, debemos aprender a convivir con los defectos del otro. Por ello, el amor se vuelve complicado y tenso.
Podemos llegar a ser manipulados y heridos y aferrarnos a la idea de que no nos volverá a pasar lo mismo que lo anterior. Pero tarde o temprano, y si cuentas con el apoyo de alguien que te haga ver que no te conviene quedarte en ese amor, seguirás adelante y terminarás aceptando que los príncipes azules no existen y que todos los amores tienen defectos.
Amor maduro
Finalmente, llega un amor maduro, el cual saca nuestra mejor versión y parece ser el más auténtico. Algunos logran quedarse en este tipo de amor, y no está nada mal. Empiezas a amar con todo y defectos y logras mantener el sentimiento de enamoramiento vivo por mucho tiempo. Pero es justo cuando esto se acaba que el amor se coloca a prueba.
Por lo general, nuestras relaciones anteriores acabaron antes de desenamorarnos y no sabíamos lo que era estar con alguien sin estar enamorados, por lo que ahora aprendes que amar se trata de una decisión en realidad, y no solo de un sentimiento.
Tienes dos opciones, o hacer del amor maduro el compañero de tu vida, o buscar otro amor y otra vida, para intentarlo de nuevo y esta vez teniendo en cuenta, que no podrás estar enamorada para siempre, que debes aceptar ciertos defectos y que algunas cosas no son justo como las queremos, pero que por conveniencia, terminamos aceptándolas.