Demostrar amor por nuestros hijos no significa únicamente llenarlos de mimos. También forma parte de la responsabilidad paterna brindarles elementos motivadores para su desarrollo. Para cumplir con éxito esta tarea, muchas veces es necesario el apoyo de profesionales; sin embargo existen señales y variaciones en el comportamiento infantil que a veces suelen pasar inadvertidas para los padres y que en este artículo queremos hacer notar.
La perturbación del sueño en el niño
Nos demuestra problemas en su sistema nervioso lo cual ocasiona trastornos de conducta, tensión, estrés y problemas para dormir. En algunos casos es consecuencia de los factores de riesgo que afrontó la madre durante el embarazo. Sin embargo, también puede deberse a factores emocionales: sustos, o quizá porque algún extraño lo lastimó o trato de lastimarlo.
Problemas de comunicación cuando nunca lo hubo.
De pronto se convierte en un niño tímido, no quiere ir al colegio. Que suceda esto de repente no es normal. Probablemente haya problemas en el hogar o en el colegio hay niños que lo molestan o lastiman.
El niño tiene una conducta agresiva
En la mayoría de casos un niño agresivo es producto del trato que le dan sus padres: muy castigadores, censuradores o demasiado críticos. El niño aprende a ser agresivo por los padres, ya que ellos le demuestran eso a ellos. Aquí quienes urgen atención psicológica son los padres.
Fantasía en exceso
Es normal esta situación entre los 2 o 4 años pero si el niño ya tiene entre 7 u 8 años es señal de que existe una ruptura de la realidad que a la larga puede traerle graves problemas y provocar trastornos a nivel de pensamiento.
Problemas para hablar bien
En natural que un niño tenga tartamudez entre los 2 o 3 años pero si eso se extiende a más tiempo ya es un indicio de cierto atraso y automáticamente debe entrar a nivelación para evitar todo ese conglomerado de conductas que se pueden agregar a este pequeño problema.
Se orina en la cama
Normalmente esto suele deberse a cuestiones orgánicas, si logra controlarse, es normal. Si no es el caso entonces se apelará a la psicología.
Comienza a deprimirse con frecuencia
Esto suele pasar cuando el embarazo se da dentro de un clima de intranquilidad. Se observa en el niño una tendencia a la melancolía y depresión que debe ser opacado con el cariño que le da la madre. Debe motivarle constantemente, darle la capacidad de crecer. Todo esto contribuirá beneficiosamente a cultivar su seguridad.
Fuente: El Rincón del Tibet