Por qué para los infieles el casarse con su amante no es una opción

639

A pesar de que la relación exmarital con “la otra” sea intensa e incluso, logre enamorar al hombre que es igual de culpable como la amante, es muy poco probable que éste deje a su esposa por dicha amante.

A lo largo de los años, las amantes nunca han sido bien vistas y tampoco los hombres casados que engañan a sus mujeres. Por un lado, a las “otras” se le consideran entrometidas y destructoras de la felicidad ajena, y por otro, a los hombres infieles se les considera poco leales, “perros” y sobre todo, inmaduros y con poca palabra.

No lo negamos, la sociedad en su afán machista, ha también aplaudido mucho a los hombres infieles y casi crucificado a las amantes, cuando ambos tienen la misma cantidad de culpabilidad. Más allá de esto, está la duda de si este hombre en una relación formal, es capaz de abandonar a su mujer por irse con la amante… Acá la respuesta:

El hombre apuesta por lo seguro.

Para responder a esta pregunta, debemos saber cuales son las prioridades de un hombre comprometido.

Ads

El hombre, cobarde por naturaleza al engañar a su mujer, no desea abandonar la seguridad que le brinda su mujer o futura esposa y mucho menos, dejar de lado sus hijos si es que los tiene. El hombre ve a su amante como una simple diversión, una distracción de la posible monotonía que existe entre ambos.

Sin embargo, la figura de la amante puede cobrar una mayor importancia para el hombre cuando esta resulta enamorarle. Si existe un mutuo enamoramiento, es muy probable que el hombre pueda titubear entre la estabilidad de un matrimonio y la inseguridad de una relación aventurera… Pero, es precisamente por ello, por el hecho de ser solo un asunto de aventura, que el hombre, incluso cuando se enamore de su amante, es muy poco capaz de abandonar la seguridad que le brinda su esposa.

Esto no los hace mejores personas… No, solo denota la grave falta de seguridad en sí mismo que tiene el hombre, pues un hombre de verdad, no es quien brinda alegría a muchas mujeres, sino el que es capaz de hacer feliz a una sola.

Ads

Si el hombre es incapaz de hacer feliz a su mujer y ella no hace lo mismo por él, deberían coincidir en el hecho de que tienen que arreglar la salud de su relación, ya que, de no hacerlo, habrá secuelas como el desengaño amoroso, la pérdida profunda de interés en el otro y finalmente, la ruptura de la relación.

Un desengaño siempre suele ser culpa de tres personas. La amante por entrometerse, el marido por no tener la hombría suficiente para no engañar a su mujer, o la mujer, por no haber identificado las señales de que su hombre estaba perdiendo el interés y que debió alejarse cuando pudo, o intentar arreglarlo cuando era debido.