No quiero un héroe. No me interesa qué tan fuerte sea ni tampoco si es apuesto, solo necesito un loco. Alguien que me haga distanciar mi mente de la realidad, porque quiero amar de forma inmedible, sin ataduras y que me amen de la misma forma.
Quiero un loco de esos que están extintos. Alguien que se vuelva frenético con el deseo que puedo provocarle y que, en medio de sus ataques de locura, me recuerde lo bien que se siente estar viva y ser amada.
Sé que es una locura amar, pero no lo es si se ama con locura. Es que estoy harta del poco sentido que tiene el “sentido común” de la gente, sí, así mismo, con redundancia. Por eso pido a alguien que se olvide de su racionalidad y me logre amor fuera de lo común, con esa locura que estoy pidiendo a gritos.
Necesito un loco de esos que traen flores, recitan poemas en la calle y escriben cartas en lugar de mensajes de texto. Es que, en estos tiempos, eso parece ser parte de la locura.
El amor a la antigua, por no estar de moda, parece cosa de locos, de irracionales o de aburridos.
Para mí, amar a la antigua es atrevido, arriesgado y hasta entretenido. Porque esas costumbres de besar bajo la lluvia, de cantar, aunque tenga una mala voz y de caminar por la calle tomados de la mano, sin preocuparse a donde vamos, eso parece ser propio de la locura,
Porque ya nadie lo hace, y por ello, no me interesa alguien racional, yo quiero un loco que me lleve al pasado y me haga revivir la manera en que amaban mis padres y mis abuelos. Quiero un loco de esos que no rompen sus promesas porque antes, la palabra sí tenía un verdadero valor.