Los 5 peligros más grandes del amor ciego.

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Amar ciegamente puede sonar romántico y valiente. Si bien es un acto que requiere cierta fe y valentía, la verdad es que suele no ser romántico.

El amor ciego es incondicional pero incontrolable. Quien se niega a ver el panorama completo de la relación, sólo se digna a ver la cara bonita de la vida. El amante ciego está predestinado a darse un buen golpe contra el asfalto al quitarse la venda de los ojos.

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Falsas expectativas.

Los amores ciegos suelen aferrarse a ideales que no existen. Se aferran a las expectativas creadas por sus ansias de querer, pero ignoran los verdaderos problemas y realidades a las que han decidido entregarse.

 

Realidad alterna.

El amante ciego, al no poder ver la realidad, decide crear una realidad alterna donde su pareja es tal cual como él la imagina, aferrándose así, a una ilusión.

 

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Falta de reconocimiento de defectos.

El amor verdadero, se caracteriza por el reconocimiento de defectos en el otro y la aceptación de estos. El amor ciego, prefiere ignorar dichos defectos, por lo cual, cuando la venda va cayendo con el paso del tiempo, estos defectos comienzan a relucir y se vuelven un motivo de decepción constante del amante ciego.

 

Sin inteligencia emocional.

Quizá, la peor característica de un amor ciego, es la falta de amor propio. Esto va impulsado en parte, por la falta de inteligencia emocional, la cual, a su vez, promueve el control que se tiene sobre lo que se siente. Sin el control de las emociones, es muy fácil que otra persona lleve el rumbo de nuestra vida a su antojo.

 

Las decepciones suelen ser más dolorosas.

Una cosa es que lastimen a una persona con los pies en el suelo, y otra que alguien que estuvo volando todo el tiempo, se de cuenta que sus alas estuvieron hechas de mentira, y lo peor de todo, que gran parte de la culpa, la tiene dicha persona, por ciega.

Las decepciones amorosas de un amante ciego, suelen ser difíciles de aceptar y muy dolorosas. Esto se debe a que la sensación de culpa propia, es más aguda que la culpabilidad ajena, por obvias razones. Cuando la venda de los ojos cae al piso, no solo logras ver las mentiras, defectos o problemas que rondaban en la relación, sino que te das cuenta de cuán grave fue tu error al entregarte de esa manera.

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Escrito por Ángel Dichy.