Los 30: Mitos y Verdades

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El período comprendido entre los 20 y 30 años suele ser una etapa plagada de inmensas satisfacciones y aprendizaje. Es la flor de la juventud, como lo llaman algunos, y se caracteriza por ser el momento donde los ideales y las ilusiones toman cuerpo con una energía sin precedentes. Ya se deja atrás la niñez con sus ingenuidades pero los sueños empiecen a tomar forma y expandirse. Es la entrada a la adultez y el primer contacto con las grandes responsabilidades.

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Hasta que aparecen los 30, y pareciera como si en algunos estos pensamientos sublimes de grandeza y superación se desvanecieran. Dicen que es momento de pisar tierra y empiezan a responder a convenciones sociales más que a su propia mente, pero no hacen más que traicionarse. Para desmitificar todo aquello que no responde a la realidad y aclarar dudas, te ofrecemos algunos mitos y verdades de los 30 años.

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Mito #1: Debes ser serio en todo momento, atrás quedaron las idas a la playa, la juerga y las diversiones de tu juventud.

 

Verdad #1: Llegar a los 30 años no debe ser un abandono de ciertas prácticas que hacías en tu juventud. Ciertamente, el cuerpo empieza a desgastarse con los años y si tienes hijos, debes procurar ser el ejemplo adecuado. Sin embargo, más que nunca debes permitirte disfrutar la vida y ver ese cartoon que tanto que agrada o ir a la playa con tu cónyuge para disminuir el estrés.

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Mito #2: Debes casarte y tener hijos para ser un adulto completo.

 

Verdad #2: Es absolutamente falso que la plenitud total se alcanza a través del matrimonio y la concepción de los hijos. Si bien el matrimonio es un momento hermoso para una pareja que se ama profundamente, no es una regla fija que debes casarte o concebir si no te sientes preparado para ello o no responde a tu deseo.

 

Mito #3: Debes dejar de vivir con tus padres y hacer una vida propia fuera del núcleo familiar.

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Verdad #3: Si bien algunos disfrutan enormemente la independencia emocional con respecto a la familia, otras personas prefieren tenerlos cerca y compartir la mayor cantidad de tiempo posible a su lado. Esto no representa indicador alguno de inmadurez puesto que, al fin y al cabo, es un asunto de preferencias. Si vives con tus padres y te sientes bien haciéndolo, ¡Sigue adelante!

 

Por último, toda etapa existencial es maravillosa y debemos esforzarnos para que la misma transcurra de la manera más saludable posible, sin lastimar a otros y procurando siempre el mayor bienestar.