Lo hermoso que resulta reparar un amor propio destruido

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Es bastante probable que hayas escuchado que el amor propio es un aspecto fundamental para levantar cualquier proyecto, pues no se equivocan, este concepto es una llave mágica que abre todas las puertas, porque denotas seguridad y eso hace que todo lo que te propongas, de alguna u otra manera la cumplas. Te ayuda a evitar la depresión o superarla, la dependencia o los problemas de pareja y de familia, te ayuda con absolutamente todos los problemas que puedas tener en tu vida.

El amor propio nace contigo, pero también es hereditario, porque es bastante probable de que hayas nacido de una madre bastante sana mentalmente unida por el amor del padre, por supuesto que esto durante la infancia y luego tú vas incrementando ese amor propio.

El amor propio no es culpa de nadie

Al ser humano no le gusta reconocer culpas, creemos que la falta de amor propio es culpa de las acciones de los demás y tenemos la falsa idea de que esas decisiones, poco a poco afectan en nuestra personalidad.

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Lo usual es que los padres con muy poco amor propio lo transmitan a sus hijos. Seguramente a los padres de ellos se les ocurrió lo mismo. La cadena sigue hasta que alguien decide detener esto, cerrando la cadena. El amor propio viene de la voluntad de una persona, si esa persona no quiere quererse, no se va a querer nunca, el amor propio no tiene nada que ver con los demás, tiene que ver con la decisión de ser feliz, de quererse a sí mismo.

Otórgale valor a lo sencillo

Probablemente pienses que el amor propio viene ligado a los logros personales, metas que cumpliste y que te hacen sentir mejor contigo mismo. Lo normal es que las cosas sencillas te llenen mucho más que las complejas. ¿Ir a un concierto de tu banda favorita? ¿Comprarte todo el maquillaje que tanto deseabas? ¡Bah! Eso todo es material y efímero, te hace sentir bien por un rato y luego, vuelves a tu estado normal. Las cosas pequeñas son las que realmente te hacen sentir bien contigo mismo. Un simple halago, una sonrisa, un atardecer. Pequeñas cosas que hacen que valores las cosas más bellas de la vida, y, con ellas, a ti mismo.

El amor propio es algo que nadie te va a otorgar, no es un regalo, es algo que ya tenemos, solo que a veces está desactivado. Lo recomendable es siempre darte cuenta de lo que vales, tener más autosuficiencia con las cosas e incrementar el criterio propio para poder elevar nuestra autoestima.