Tenemos que aprender a vivir sin miedo y a perder la vergüenza con todo, jamás hay que temerle a pedir respeto. Di que no, dilo, sin pelos en la lengua, sin rollos, sin opciones, y di si a tu vida, si a tus antojos, si a tu dignidad.
Autoafirmarse sin agredir es una actitud que no todo el mundo sabe llevar a cabo. Por ello, se puede llegar a confundir el orgullo con el egoísmo o la reafirmación de uno mismo con la imposición de los valores. Ahora, decir sí, sin miedo y no, sin culpa es realmente muy necesario.
Normalmente nos encontramos con la misma clase de personas. Por un lado, están aquellas que desean quedar bien con todo el mundo y siempre tener un sí a todo. Por otro lado, están aquellos que son enervados, los que no quieren que nadie les diga lo que tienen que hacer porque no le deben nada a nadie.
Los negros y blancos no son buenos, siempre, para todo, existen grises. La clave de una socialización respetuosa y sabia está en el centro, donde autoafirmamos sin agredir a nadie y sin llegar a ser tan permeables como para complacer a todo el mundo y encajar en un sitio donde no todo el tiempo hay que decir que sí.
De pequeños, nunca nos enseñan el valor de la autoestima, algo que es realmente necesario en la vida y que a muchos nos falta o nos sobra, pero muy pocas veces la tenemos en un estado neutro, donde sabes que vales demasiado pero no más que los demás.
Ahora, las verdaderas pruebas van llegando a través del tiempo. Son segundos bastante complejos para los cuales nunca nos prepararon, momentos que colocan a prueba nuestros miedos o valentías para adaptarnos a un mundo demasiado complejo. Donde ni los egos inflados o raquíticos van a funcionar ni aún menos, hacernos felices.
Decir sí, sin miedo, pero con respeto a cada una de nuestras necesidades es realmente fundamental. A veces solemos callarnos por miedo a vivir una experiencia increíble o por miedo de salir de nuestra zona de confort que nos encierra en nuestras mentes y en una cotidianidad completamente monótona. Intentar cosas nuevas no es signo de muerte, podemos hacer cosas nuevas sin miedo a dejar las cosas que ya hacemos o con la mente siempre en positivo de que el resultado puede ser mejor de lo que pensabas.
Por otro lado, decir no, sin vergüenza, también es bastante importante. Nunca nos enseñan la importancia de esto, porque siempre nos han enseñado a que todo lo que se pide, se debe hacer, de hecho, son profesores los que nos enseñan en la escuela y nuestros padres en la casa, por ello, nos enseñan a obedecer. Pero sí, si es posible decir que no, cuando no puedes o no quieres y absolutamente nadie puede decirte lo contrario ni molestarse por tu decisión.
Recomendaciones
- Decir no, cuando los demás realmente esperan lo contrario, no es traición. Es autoafirmar tu postura para que los demás puedan actuar en consecuencia.
- Decir que no, a tiempo, salva vidas, en especial la tuya. Te salva de cualquier situación que te hubiese colocado en una situación de infidelidad.
- El no, siempre es necesario que se dé a tiempo y sin vergüenza, porque quien te quiera, lo va a aceptar, de hecho, no se sorprenderá, porque te conoce.