Humillar a otras personas No te fortalece, te debilita.

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A veces, en la vida nos topamos con muchas cosas, experimentamos de todo y aprendemos poco a poco, así como también podemos enfrentar situaciones en donde nos encontremos con personas que pueden hacernos mejores personas o con personas que simplemente lastiman a los demás sin saber la gravedad de lo que ellos están haciendo.

Dicen que la probabilidad de hacer mal, se puede encontrar 100 veces en un mismo día y de hacer el bien, solo se encuentra una vez al año. Lamentablemente, en la vida todavía quedan las personas que confunden de manera equivocada la autoridad con el abuso, por ello recurren al abuso de poder, incluso estas personas pueden estar haciendo lo correcto en su mente y traspasan la línea de humildad.

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Cuando humillamos a alguien más, atentamos en contra de nosotros mismos porque realmente eso nos separa del resto del mundo, somos iguales en esencia porque todos somos personas pensantes. Cada persona brilla de una manera diferente, pero querer oscurecer las fortalezas de los demás demostrando cuáles son sus debilidades, no es más nada que la necesidad propia de la aceptación.

Colocar a otra persona en una situación de desventaja, aprovecharnos de alguna virtud o disminuir el autoestima de cualquier persona, no es más que ser completamente miserable, humillar a alguien más no te hace más fuerte ni mejor persona, todo lo contrario, lo que dices habla mucho más de ti que de la persona a la que estás criticando o desfavoreciendo. Cuando se toman estas acciones, las personas se olvidan de que todo lo que sube, baja y que en la vida absolutamente todo se devuelve, porque dependemos de una causa y efecto y cada acción genera una reacción que no la veremos hoy, pero capaz mañana sí.

Nuestras acciones siempre van a hablar de nosotros, debemos siempre cuidar lo que decimos y no hacer sentir mal a las personas, porque sabemos que ese mismo comportamiento que tenemos para con los demás, no es lo mismo que queremos que suceda con nosotros mismos.

El respeto no proviene del miedo, el cual todo padecemos como cualquier otra persona lo haría, la vida siempre nos va a dar muchas oportunidades para demostrar quienes somos, para progresar y crecer y, bastante importante, colocarnos en el lugar del otro, entenderlo. La vida se trata de aprender constantemente, nunca dejamos de hacerlo, por ello, lo mejor es que cada quien elija su personaje sin juzgar a los demás, solo construyendo en lugar de disminuir, de eso se trata.