Eres una persona soltera y eso no está para nada mal. Siéntete bien contigo misma, eres libre y capaz de hacer lo que quieras. Tienes todo el tiempo para ti, para preocuparte por tus proyectos, concentrarte en tu profesión, de conocer nuevas amistades y quien sabe poder ahí conocer a esa persona especial.
Pero no desesperes por querer encontrarla, deja que todo fluya. Que todo pase cuando tenga que pasar, sin de prisa, sin apuros, sin desesperarte por encontrar a esa persona especial. Recuerda que la felicidad no se basa en una pareja, sino en ti. En toda tu esencia, eres una persona que se merece ser feliz por ti misma. Ser feliz por lo que hagas, por lo que disfrutas, por los momentos que pasas con los demás y contigo misma. Siente esa tranquilidad de poder escuchar una música que te gusta o leer un libro en tu cafetería favorita. Disfruta de una película a solas y ríe como nunca.
Cuando uno es feliz consigo misma, todo eso se ve reflejado en la sociedad. Acercándose así personas que también tienen esa seguridad, esa seguridad de dar amor sin tener miedo. Porque al creer en uno mismo los hacen inmunes a los corazones rotos. Sufren como todos, pero el dolor es mucho menos, porque saben que se tienen ellos mismos y sabrán que es una etapa de dolor que pasará y luego podrán salir adelante.
Veamos las relaciones como un complemento para la felicidad no como una necesidad. Así sabremos ser felices solos y acompañados. Lo importante en la vida es poder ser una persona que se sabe valorar y sabe valorar a los demás para compartir ese amor.
La vida es solo una y uno debe de disfrutar al máximo. No estamos para llorar por amores no correspondidos, por devastaciones que ocurren en nuestros días. Es tiempo de salir de ese agujero de la tristeza y empezar a concéntrate en los detalles que la vida te da cada día. Verás que al disfrutar te sentirás más viva, sintiendo la felicidad cada vez más cerca de ti.