De por sí, fue complicado encontrar a una persona como tú. Pero como suele pasar, no conoces sus verdaderas caras, no sabes si son en realidad, la persona correcta. Te aferras a la fe de amar a un ser ideal, lleno de divinidad y pureza que es incapaz de fallarte. Te aferras a esa idea con todo lo que das, con el amor que ofreces, con la entrega de tu cariño incondicional, para luego darte cuenta, que el amor ciego, mata.
Porque lo que tarda en llegar, lo que es difícil de conquistar, es igual de difícil de dejar ir. Y eso es lo que más duele, el hecho de aceptar que todo tu esfuerzo se sostuvo porque perseguías una ilusión, una careta llena de mentiras y un alma que se ocultaba bajo la premisa de que el amor, solo dura tres meses.
Pero ¿Cómo algo que te hace sentir de tal forma, puede durar tan poco? ¿Cómo algo que te da vida, tiene fecha de caducidad? El punto es que, no lo tiene, uno lo cultiva y le da vida según el interés que tenga en la otra persona, y por eso, no todos están dispuestos a cultivar en la tierra fértil de tu corazón por más de unos meses, quizás unos años, porque se sienten incapaces de amar a la antigua, como lo hacían nuestros ancestros, que duraban toda una vida juntos y se prometían amor más allá de la muerte.
Esos amores, ya no existen, y si existen, están escondidos en algún lugar. Por ahora, lo único que abundan, son personas que saben pintar la ilusión de que aman de esa forma. Lo único que hay para escoger a la vista, son personas que no son correctas para ti.