Desde que lo viste, sentiste como si le conocieras de toda la vida. Las mariposas empezaron a llenar tu estómago, te sonrojaste, no parabas de sonreír. Imaginaste tu vida entera con él, incluso hasta más allá de la muerte… ¡y todo en un instante!
¡Claro que esto es amor a primera vista!, o al menos eso decimos todos.
¿Es posible enamorarse sólo con verse una vez, así como pasa en los cuentos de hadas?
Nada más olerlo, estar cerca de él, mirarlo a los ojos ya te produce una serie de sensaciones que a veces no sabes explicar –y a veces no es que quieras hacerlo, precisamente: te sudan las manos, se te dilatan las pupilas, el corazón late tan rápido que pareciera va a salirse de tu pecho y todo gira en torno a esa persona especial.
Todas estas señales son de una fase llamada enamoramiento: es aquí donde todo empieza, donde todo es perfecto y pensamos que así será para siempre. Vemos a esa persona como si fuese perfecta, como si no tuviese defectos y sólo estuviese plagado de virtudes. No estamos pendientes de la hora en el reloj y a veces se nos nubla la conciencia.
Es aquí donde todo nuestro cuerpo empieza a producir oxitocina y dopamina, las hormonas que nos hacen sentir todas estas cosas. La cuestión es que esta producción de estas sustancias nos produce una euforia que, lamentablemente, no dura para siempre…
Dependiendo de cada quien, este sentimiento puede durar de 3 a 12 meses y hasta un poco más. Después de esto, te preguntas: ¿qué le pasó a nuestro amor? Te quitas el velo que te mantenía ciega ante esa perfección que no existe. Empiezan las dudas, se va la magia… y queda la persona tal cual es, con sus virtudes en justa medida y sus defectos, con todo su potencial.
Es necesario que sepas que todo esto es natural, que nos ha pasado a todos y nos seguirá pasando. Después de estar tan alto, podemos llegar a caer muy fuerte, a recriminarnos no haber visto todo aquello que ya vemos… ¿y qué hacer ahora? Ha llegado el momento de evaluar lo que tenemos y lo que ya no. Ahora ya podemos ver con claridad lo que forma parte de esa persona y medir si podemos tolerarlo, si en verdad podemos iniciar una relación duradera.
Si es así, entonces están listos para llevar su conexión amorosa al siguiente nivel: construir la relación de pareja. Es aquí cuando se establecen los proyectos de vida y los vínculos duraderos, cuando realmente puedes sentar cabeza sobre bases firmes, pues no es la emoción la que nos guía hacia la estabilidad sino la razón con que la acompañamos.
Así que, si estás en esa primera fase lo que te queda es disfrutarla y entender que luego de que baje la intensidad no significa que el amor se acaba: sólo estás pasando al siguiente nivel.