Cuando el amor le gana al miedo.

496

¿Recuerdas esa sensación que te provocaba ver a la persona que te gustaba? ¿Las manos sudorosas? ¿La falta de aire y el nerviosismo? ¿Lo recuerdas?

Seguro que sí, todos nos hemos enamorado alguna vez en la vida y, por ende, hemos sentido este temor, este pánico que recorre las venas de pies a cabeza. El miedo se apodera de ti, se te anuda la garganta y decir “hola” parece un desafío para interpretar el arameo antiguo.

Pero, se supera. Se gana eventualmente cuando las ganas de conocer al otro son inmensas. Pero el temor que realmente es un enemigo, es el temor a amar. Enamorarse es fácil, lo difícil es entregarse por completo, arriesgarse a cambiar tu vida al lado de otra persona y salir de nuestra zona de confort, porque sabemos que afuera, donde están los mayores riesgos, está también el acto de amar.

Ads

Cuando logramos reconocer la razón de nuestros más profundos miedos al momento de amar, es momento de tomar una decisión. Hay que analizarse, hay que sentarse a meditar, ¿Qué es lo que no me deja amar? ¿Qué hace que desconfíe tanto de esa persona que está entregando todo de sí? ¿Por qué no puedo saltar a una nueva aventura en búsqueda del amor al lado de él o ella?

Pero, si lo piensas bien, no existe tal temor. ¿Por qué deberíamos de sentir miedo por algo tan maravilloso? El miedo se oculta detrás de las máscaras, es engañoso y vil. La verdadera cara del miedo no está en el amor, sino en lo desconocido.

Tenemos miedo a los “Quizás”, a los “¿No sé que va a pasar luego?”. Ese temor se agudiza cuando hay amor de por medio, porque estamos hablando de la entrega total de nuestro ser a una ruleta rusa, que nunca sabes qué rumbo va a tomar. Pero ¿Qué sucede cuando nos arriesgamos? ¿Qué pasa cuando ganamos?

Lo que sucede es que tu amor se solidifica, evoluciona y trasciende. Comienzas a ver a tu pareja como el mayor soporte de tu vida después de tu familia, y ese soporte te brinda la confianza para seguir adelante con cualquier desafío.

Ads

Sí, obviamente sí existe el riesgo de perder luego de haber lanzado los dados… Pero, si nunca los lanzamos ¿Cómo vamos hacer que el amor le gane al miedo?

Escrito por: Ángel Dichy.