Muchas veces el amor puede nublarnos de la realidad. Nos puede cegar y darnos cuenta de lo increíble persona lleno de amor y belleza que somos; cuando todo ha terminado y nos han dejado destrozado el corazón, es sólo nuestra responsabilidad tomar todo ese daño y utilizarlo a favor de nuestra transformación y comenzar a vernos realmente como somos: seres completos, valiosos y con aires de decidir qué es lo que realmente queremos en nuestra vida.
Te doy las gracias a ti, falso amor de mi vida. Estuve contigo mucho tiempo en tus besos rogados y tus abrazos peleados; años de esperar que en que me amaras como yo a ti. Desde un primer día me advertiste, “soy un patán”, me dijiste. Pero mi baja autoestima me atontó y me hizo creer que era lo que merecía en mi vida. Además pensé que podría cambiarte para bien, que el amor que te tenía podría cambiarte. Es ahí que me enseñaste que el amor no es a la fuerza. Quien no se entrega desde un inicio, no lo hará nunca. Un patán no cambia, aprendí la lección de la peor manera, pero la aprendí, gracias.
Gracias por darme esa oportunidad de amar, amar hasta lo más profundo de mí ser, entregar sin dignidad, sin ego. Ahora me doy cuenta de lo que soy capaz de dar. Sólo que a la próxima se lo daré a la persona correcta o al menos a quien me quiera y sepa valorar. Aprendí también a compartir y a que prefiero ser egoísta cuando se trata de mi amor.
Por un momento pensé que no era lo suficiente para enamorar a una persona al 100% y que tenía que rellenar los huequitos con otras; pero no, soy suficiente para que sólo me quieran a mí. Me quieran bien, como quiero, como soy capaz de hacerlo. También puede ejercitar la resistencia al dolor. Una cicatriz que me recordará que no debo caer en lo mismo.
Me hiciste una persona más segura y decidida. No te confundas, tú no me hiciste nada. Yo ya era resistente a patanes, tú me serviste para comprobarlo, eso fue todo. Pero de una u otra forma gracias por enseñarme lo que no quiero en el amor de mi vida. Lección aprendida, tenlo por seguro.
Eternamente, gracias.
La Belleza de uno está en su carácter. Se trata de tus conocimientos, tu sentido del humor; sobre cómo te enfrentas al día a día y cómo te llevas contigo misma. Lo que debes hacer es descubrirlo en tu interior, sólo depende de ti de darte cuenta cuanto vales en esta vida.