8 actitudes que demuestra que tu pareja es egoísta en la cama.

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El placer es una responsabilidad propia cuando sucumbimos a él. Pero hay quienes abusan de ello y no saben lo que significa cooperar en la cama. El placer ajeno es de quien lo provoca, y si uno no se hace responsable de ello, ¿Entonces quién?

No podemos dejarlo todo en mano de nuestra pareja o amante. Tampoco ese alguien puede depositar toda la fe en ti pensando que solo él es quien decide qué tanto placer recibes bajos las sábanas. Las relaciones carnales son una actividad compartida en la que nadie posee jerarquía sobre el otro, sencillamente es un trabajo en pareja el cual busca un beneficio y placer mutuo.

Esto implica cierta individualidad al momento de meterse bajo las sábanas, pero definitivamente no es una invitación a ser egoísta o tratar de competir para bien quién satisface más o, en el peor de los casos, quien obtiene más placer.

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A diferencia de los animales, nosotros escogemos tener relaciones por diversión o amor, en búsqueda del placer o la procreación, y para esto necesitamos de una o más personas; si no fuese de ese modo, con la autocomplacencia bastaría y nuestras manos serían nuestras mejores aliadas bajo las sábanas.

Pero las cosas no son así, claro, esto se hace buscando el placer propio, pero también el ajeno, porque se trata de un trabajo en equipo donde ambos ponen lo mejor de sí para brindar la mejor experiencia al otro.

Es complejo, pero no difícil. Sólo es cuestión de obtener experiencia y prestar mucha atención no solo a lo que sentimos, sino también a lo que siente la otra persona. A pesar de ello, no todos estamos conscientes de esto. No todos ofrecen esa colaboración en esta búsqueda del placer mutuo.

Si más de una vez has sentido que tu pareja parece no importarle lo que tú sientes, es porque has decidido acostarte con una persona egoísta. Si aún no estás segura de que lo sea, analiza estas actitudes claves que terminarán por confirmártelo.

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  1. Dormirse inmediatamente después

No tiene que sentarse a hablar de lo maravillosamente que le hiciste sentir, pero esto es una grosería. Alguien egoísta al menos te pregunta si ya acabaste, y si tu respuesta es no, que siga hasta que lo hagas.

  1. El típico «te vienes y te vas».

Lo mismo que lo anterior, solo que esta vez el sujeto es más decidido a dejar claro que tú eres solo un momento, y no está mal siempre que te lo haya dejado en claro. Pero venga, que al menos por educación, debería intentar satisfacerte antes de ponerse los pantalones e irse.

  1. Recibe el oral, pero jamás da

Hay que ser justos, a algunos hombres no les gusta darlo, ya sea porque no les agrada el sabor o por meros gustos. El punto es que, si no te gusta darlo, no exijas recibirlo.

  1. Nada de sudor

Quien se esfuerza realmente en complacer a la otra persona, estará sometido a una buena sesión de cardio. Naturalmente, el cuerpo eleva su temperatura a mayor esfuerzo y esto crea cierta sudoración. Si no suda es porque quizá tú estás haciendo todo el trabajo pesado.

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  1. Se enoja si no acaba

Y es que, para muchos, sobre todo para los egoísta, el no acabar es como una falta de respeto, un sacrilegio y algo que debe ser penado. Búscate alguien que se enoje mejor por no hacerte acabar a ti.

  1. Responde negativamente ante nuevas propuestas

Si estás con alguien que siempre impone sus propias propuestas y no está dispuesto a escuchar y ceder a las tuyas, estás ante un auténtico egoísta. Olvídate de cumplir tus fantasías con él, porque solamente estará centrado en cumplir las suyas.

  1. Le enoja hacerte el amor

Y es que hacer el amor no es lo mismo que meterse bajo las sábanas por diversión. Hacer el amor va mucho más allá, incluye un antes, durante y después donde el principal objetivo es satisfacerse mutuamente, no solo en la cama, sino lejos de ella también. Es una invitación a tocar el alma y no solo la piel.

  1. No está presente

Esto es sumamente complejo. Puede que estén en la misma cama, pero no en la misma sintonía. Hay que realmente sentir esa persona, no solo verla y saber que está ahí. La ausencia de palabras y el desinterés por satisfacerte, pueden ser interpretados como una ausencia de esa persona.

 

Si alguna de estas cosas coinciden con tus experiencias, y sucede con una persona a la que amas, no es la idea negarle un encuentro íntimo, sino dialogar antes de ellos y explicarle muy bien lo que tú quieres y esperas de él.

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Háblale de tus deseos, de cómo tocarte y dónde y a qué ritmo. Enséñale y te aseguro que, si de verdad no es egoísta, hará un gran esfuerzo por aprender a satisfacerte.

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