5 señales que indica que nunca lo amaste, porque sólo amabas una ilusión.

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Está bien, no funcionamos, y no todos los recuerdos, para decirte la verdad, son buenos.

Pero a veces hubo buenos momentos.

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El amor fue bueno.

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Me gustaba tu extraña forma de dormir junto a mí, y nunca soñé con miedo.

 

Debería haber estrellas para las grandes guerras

como la nuestra.

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–Sandra Cisneros

Añoro tu cabello regado por mi rostro mientras dormías. Añoro esa rara manera de caminar junto a mí, tratando de calcular el ritmo de tus pasos para que fueran acorde a los míos. Extraño esa sonrisa que salía de tu rostro, por ver mi serie favorita y añoro esas lágrimas de alegría y tristeza que eran propias de las mejores escenas de películas que veíamos mientras compartíamos un pedacito de cama.

Me hace falta tu mano que recorría mi espalda para que me ayudase a conciliar el sueño y extraño la forma en que caminabas hacia la puerta para esperarme y abrirla al verme llegar, solo para recibirme con un beso y un te amo. Extraño incluso esa tonta manía en la que movías tus piernas de manera inquietante sin razón aparente, como si se tratase de n tic nervioso, extraño detenerlas solo con tocarlas.  Extraño que estés a mi lado y poder ver en tu rostro el verdadero significado de la felicidad… Extraño lo que fuiste, amo lo que eras, pero ahora, ya no más.

Creí amarte. Se hizo absurda la idea de estar sin ti y nos llegamos a convertir en una sola persona y parecía que nada ni nadie podía separarnos… Pero el tiempo hizo de las suyas y me demostró que lo nuestro solo iba a durar unos cuantos años, y ya no más.

Enfrentamos juntos las batallas llenas de problemas, chismas, tragedia y celos. Creamos una burbuja a nuestro alrededor que nos protegía de todo, pero reventó. Y aunque durante la caída intentamos sujetarnos de la mano, inevitablemente el golpe al caer nos mató, nos alejó y debimos aceptar que este era el fin, que hoy ya solo debo aferrarme al recuerdo y no a esa mirada que me dabas al despertar… Y ya no más.

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«Extraño tener las noches ocupadas enviándole mensajes a alguien, pero no te extraño a ti».

Extraño el mensaje de buenas noches y buenos días. También el de los tiempos libres y los que se respondía con un “estoy ocupado”. Mi teléfono ahora reposa sin verse alterado por horas ni por mensajes tuyos, y esto me hace enfurecer, no por incertidumbre, sino por celos de saber que esa versión de ti que una vez amé, ahora quizá, otro corazón lo tiene en sus manos.

 

 

«Extraño ser la persona que eras cuando recibía un poco de atención y amor».

Magias y sonrisas, llegué a creer que era cierto, y tal vez lo fue, pero no por siempre, porque es verdad se acabó el transcurrir de los años y me demostró que, a pesar de que tanto lo extraño, puedo vivir sin ello. Extraño creer que fue real, que iba a durar para siempre, pero ya no más, porque ahora siento alivio al ver que lo que una vez amé, fue aprovechado y que se extinguió, y que ahora, eso que eras y que amé, ya no existe para lastimarme de nuevo con su cambio de lo atento, a lo antipático, de lo amoroso, a lo infeliz.

 

«Extraño pensar que eres lo mejor que me pudo pasar en la vida».

Todos los días sentía como si me hubiese sacado la lotería por conseguirte y nadie podía comprender lo que yo sentía por ti, porque creía que ese amor era inigualable, pero ahora, tu ausencia me hace darme cuenta de que calculé mal. Saqué mal las sumas entre tu corazón y el mío porque cuando decidiste irte, sabía que ya no eras tú, no eras esa persona de la que me había enamorado y me di cuenta de que quien amé, ya no estaba.

 

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«Extraño nuestra relación»

Finalmente, la verdad no la extraño. Extraño esa idea que tenía sobre lo que pudimos llegar a ser, lo que fuimos y lo que pudo haber durado, pero antes de irte, antes de perderte, me di cuenta de que ya no estabas.

No es lo mismo perder al amor de tu vida que perder la sombra de lo que una vez fue. Por ello, te agradezco. Te agradezco lo que fuiste y agradezco que te hayas ido incluso, cuando no quedaba nada de ti.

 

«Extraño sentir amor por ti».

No fue amor, creí que crucé esa mítica puerta de la que todo el mundo habla pero nadie conoce en realidad. Que por eso nadie comprendía lo que por ti sentía, las peleas y la manera de querernos. Hoy estoy feliz, porque hoy entiendo que no eras tú a quien amé, de que mi vida no depende de si llegas o te vas… Estoy feliz porque amé a alguien que fuiste, pero ya no más.